lunes, 12 de abril de 2010

Día de la Tierra, 22 de abril


Cuando Rachel Carson escribe su obra, Primavera Silenciosa en 1962, hace referencia a la utilización indiscriminada del pesticida DDT (dicloro difenil tricloroetano), que no solo afectaba a las plagas, sino también a las aves y sus polluelos que estaban expuestos al efecto tóxico de este veneno; esto motivó la reacción de muchas personas y dió origen al movimiento ambientalista moderno. Las agrupaciones formadas en esta época levantaron su voz de protesta y ocho años después de este hecho histórico gracias al senador americano Gaylod Nelson, se realiza la primera celebración del “Día de la Tierra”, un 22 de abril de 1970.

Los científicos de todo el mundo coinciden en la existencia de cuatro tendencias globales de preocupación ambiental que hay que tener en cuenta para hacer el análisis de la salud de la tierra; la primera y más importante, es la carga poblacional, que en la actualidad supera los 6500 millones de habitantes, y es lógico pensar en ello, porque a medida que la población aumenta, se requiere de más recursos naturales para satisfacer nuestras necesidades. A esto se le suma la pérdida de biodiversidad, degradación de suelos y el cambio climático global.

La sobreexplotación de los recursos naturales está ocasionando problemas ambientales significativos; la contaminación del aire por el uso excesivo de combustibles fósiles; el vertido incontrolado de aguas residuales provenientes de las ciudades y la industria, sin ninguna técnica de tratamiento; el suelo maltratado con pesticidas, fertilizantes químicos, quema incontrolada de pastizales, deforestación y sobrepastoreo; el aumento de la generación per cápita de los residuos sólidos; la falta de interés y la nula participación ciudadana, ayudan a que estos problemas se incrementen.

Combatir los problemas ambientales implementando plantas de tratamiento de aguas residuales, rellenos sanitarios para la disposición final de la basura, además de impartir intensamente campañas de educación ambiental, serían los primeros pasos para tratar de alcanzar el tan anhelado desarrollo sostenible para nuestro planeta. Reflexionemos y tengamos presente que nuestro futuro está en peligro; nosotros podemos con pocas y caseras acciones como: cuidar el agua, ahorrar energía, no arrojar basura, reciclar, reducir el consumo de plástico y detergentes, ayudaran a mitigar en algo estos problemas; esta casa es de todos y para todos, solo depende de nosotros dejar un mundo sano para nuestros hijos.

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